Dio cuerda a su reloj con rapidez impávida
tomó el medicamento con temblor histérico
luego de despertar de su sueño lunático,
vistió su sweter beighe y se peinó cual gentleman
abrió y encendió el computador escéptico
para saber del mundo como un informático.
Corrió a tomar el tren como si fuese el último
sentóse sin hablarle la mujer hipócrita
que le miraba al frente del asiento módico
bajó del tren vacío en la estación pontífice,
cruzó bajo nivel para esquivar el tráfico
alzó mirada errante y divisó de súbito
a su mujer amada y su sonrisa onírica.
sonrió y no le importó que el tiempo fuera efímero
acelerando al sol que llegaba a su límite
su corazón voló por todo el puerto mágico
en toda dirección giró el reloj metálico
cada momento en tiempo de existencia cósmica
todo rincón y espacio cual final de fábula.
Dio cuerda a su reloj para esquivar el tráfico
tomó el medicamento cual final de fábula
luego de despertar como un informático
vistió su sweater beighe que llegaba a su límite
abrió y encendió el computador hipócrita
para saber del mundo en la estación pontífice
Corrió a tomar el tren por todo el puerto mágico
sentóse sin hablarle a la mujer impávida
que le miraba al frente del asiento efímero
bajó del tren vacío con sonrisa onírica
cruzó bajo nivel y se peinó cual gentleman
alzó mirada errante con temblor histérico
vio a su mujer amada y divisó de súbito,
sonrió y no le importó como si fuese el último
acelerando al sol de su sueño lunático
su corazón voló en existencia cósmica
en toda dirección giró el reloj escéptico
cada momento en tiempo y rapidez tan módica
todo rincón y espacio cual final metálico.
Dio cuerda a su reloj que llegaba a su límite
vio a su mujer amada cual si fuese el tráfico
su corazón voló en computador impávido.
corrió a tomar el tren con rapidez efímera
abrió y encendió a su sueño lunático
cada momento el tiempo como en una fábula
sonrió y no le importó, giró el reloj pontífice
sentóse sin hablarle a la mujer metálica
tomó el medicamento y se peinó cual gentleman
en toda dirección y divisó de súbito
bajó del tren vacío con temblor hipócrita
todo rincón, espacio y existencia cósmica.
cruzó bajo nivel como un informático
luego de despertar con su sonrisa módica
que le miraba al frente del asiento último
alzó mirada errante cual final escéptico
para saber del mundo en todo el puerto mágico
acelerando el sol para esquivar histérico
vistió su sweater beige en la estación onírica.
El tiempo apremia al hombre ciego que no sabe vivir
las manecillas giran locas para quienes las ven
segundos, siglos, horas, días, para poder nacer
esquinas, curvas relativas, para siempre existir.
sin tiempo ni espacio, no lento o despacio.
sin tiempo ni espacio, no lento o despacio.
Naldo Mirán.
Viña del Mall, 29 de Noviembre del 2012
