lunes, 20 de septiembre de 2010

Tú, Ventana.



Cuando abrí mis sueños, una ventana.

Esto es lo que en tus ojos vi al saber que
existen reflejos de los míos en los tuyos:

¡SOLO LUZ!

Pero no de esa que de tan blanca enceguece
y no deja ver nada más que tu propia ceguez,
sino, de esa transparente que deja ver
muy claramente, el olor de los colores
y el sabor de los reflejos, de tu ventana.

                                                Naldo Mirán

Valparaíso, 20 de septiembre del 2010